Smoooooooooooooooooooooooookin'

Vuelvo a la carga putas

lunes, 2 de diciembre de 2013

Ansias de yo

Resulta cómodo como un sonido abriga y sana. Me da la impresión de que siempre he buscado la comodidad en atmósferas o imágenes mentales, o en el conocimiento de lo que soy; pero no soy autosuficiente, no señor. Siento un mundo ajeno, debo ser extrangero, pues no es tema de gustos ni de intereses, ni siquiera de que sea un tío sin habilidades sociales (como lo llaman hoy en día). Estoy replegado sobre mí con todas mis fuerzas; mis sentidos no me unen al mundo, lo analizan y les asquea. Mi voz primera dice: Enhorabuena, habéis creado un mundo de gente solitaria y árida, las burbujas te mantienen alejado de la realidad de los otros, porque son eso, otros; y las cosas, objetos, llenan esas burbujas, no vayas a necesitar nada fuera de tí. Algunas relaciones distantes y superficiales para no rozar el aislamiento, que te mantengan alejado de ocurrencias tales como cruzar mirada con los extraños, y listo. Pero es responsabilidad mía y sólo mía crear mi entorno y tomar posibilidades, mi primerza voz juzga las impresiones de vuestra desgracia, pero soy yo el autor de mis demonios, y si no autor al menos tengo tiempo suficiente para atar cabos sueltos de la infancia. Soy un tonto hermético que vive sus 19 años con desesperanza, con prisa en el ambiente, sacando brillo al vidrio para rescatar una juventud aplastada en el fondo del cajón. Padre y madre son ajenos, lejanos, débil conexión que a veces creo pura formalidad (por mi parte); sombras tras papel satinado, como el resto. Recuerdos que nunca tuve, imágenes que nunca ví, tiempos que no viví...mi piel se eriza sólo con creaciones propias e imaginarias (además del arte); no me emociono con el recuerdo de situaciones, solo siento impresiones sin forma allá fuera, y el mundo externo parecería una creación de mi mente si no fuera por dos con los que guardo complicidad instantánea, puro sentimiento de compartir lo infinito en un tiempo limitado. Pero bajo la grandeza de estas palabras se encuentra la rueda insaciable que todo se lleva y a todos se lleva dejando sólo un puñado de euforia incómoda, el tiempo (cuánto misterio para algo tan obvio). Euforia incómoda o suave ansia amarga por el hecho de ser un recuerdo, imposible revivir la ruina amorfa de lo que fue una amistad. La nada, el camino solitario, parece que a unos aterra y a otros refugia. Eso es mentira. La verdadera nada no se elige, no es un mundo paralelo e introspectivo al que bajas, es tu tiempo sin centro, sin afinidad, de personas distantes, de palabras dichas a uno mismo, de silencios rotos por auriculares. La verdadera nada marchita, tonto, no es un espacio, es EL espacio. Te impide distinguir lo natural en tí; se borra de tu identidad la alegría y se torna en tu contra, la ves extraña y jamás dentro de tí. El presente parece teñir tu pasado de un gris unánime, o más bien la nada borra tu pasado y presente con su mecánica inhumana y desquiciante. Tensa tranquilidad la de un tiempo sin significado ni relevancia aparente. Joder, cansa escribirse a uno mismo y recordarse un mundo tan finito.

martes, 26 de noviembre de 2013

Vuelvo al ejercicio

-¿Cuándo empezaremos, o más bien, empezaré a construir el presente, a que no sea una inercia del pasado? ¿por qué  muchas preguntas seguidas suenan a exhalaciones desesperadas, a intentos inestables y no a direcciones?¿por qué las preguntas nos suenan a negaciones y no a opciones?¿cuándo tomaremos las riendas de nuestra propia experiencia de la vida al márgen de un modelo de historia (no una historia real e imposible) o modelo social?¿o acaso podemos?¿ cuándo empezaremos a palpar los límites en nuestra existencia en nuestra existencia y no en las palabras de otro? ¿cuándo dejaremos de filtrar todo lo que se me presenta por la oxidada red de la utilidad? ¿cuándo dejaremos de confundir la necesidad con la posibilidad o el ansia? ¿cuándo veremos consecuencias en vez de derrotas o victorias? ¿cuándo dejaremos de poner nuestra filosofía en manos de publicistas? ¿cuándo dejaremos ser utópicos para ser utopistas, y no utopistas de la sociedad, utopistas de nuestra relación con nosotros mismos y con quien creamos conveniente? ¿por qué hacemos del odio una espiral en la que solo podemos sumergirnos más y del amor una burbuja frágil eternamente condicionada y reconfigurada? ¿todo ésto no es mas que un idealismo o el principio de la construcción del yo? ¿por qué me suena fantasioso e incluso 'cursi' cuando creo que debe ser el punto de partida?¿es que acaso lo intento?¿dónde tengo que palpar mis rejas y donde debo derribarlas? ¿por qué me diferencio continuamente de mí mismo, de mi yo eternamente pretérito?¿por qué me da por reafirmarme colgando ésto en internet?¿todas estas palabras no cobran sentido sin una alternativa? ¿esa alternativa debe ser útil o fiel?¿y por que hoy en día lo útil es contrario a lo fiel en general? ¿por qué se imponen ritmos y formas apoyados sobre concepciones "precocinadas" de calentar y servir, instantáneas, oportunas y efímeras? ¿qué necesito verdaderamente de los demás, fuera de mí? ¿porqué sueno a libro de autoayuda? pero no me estoy ayudando, me estoy probando y eso es algo que no dejaré, ésa es mi respuesta, de momento.
-¿Qué lo qué?

lunes, 28 de mayo de 2012

El Intrépido Johnny B. Y Su Cambio De Imagen


Mis agradecimientos a Iñaki y a Mike por prestarse para esta indignidad.
(Y no, no iba fumao)
Rojo Presion Prods y demas tonterias.


lunes, 14 de mayo de 2012

Livin' Proof

Eyo un brindis por ayer, mi rencor pal mañana
siempre dije, la vida es una puta pero más puta es la nada
Sigue en pie, o sigue a la masa
al borde del deshaucio qué más da
pensé en resucitar pero es lo de siempre livin proof 
el boli me tira más
y si le fallo me fallo es difícil encuadrarlo si escribo escuchando a Johnny Cash
ya me curré mi mala fama, si lucho es por la calma
o qué te creías, desgastando días
hoy tu pierdes la vergüenza y yo las heridas
por comerme el mundo y estar en los huesos no en las tiendas mientras
te apagas en mi mente te apagas en cenicero
siempre hay algo ke perder, por eso no hay nada nuevo
pero ahora es mi ahora, no digo gran reserva, más aún
digo los mios y yerba
y el resto sobra
-
Quemo la vida, quemo la piedra y quemo el momento
y quemo las afueras ke las llevo dentro
quemo su odio, quemo el mío
y quemo sus gargantas con mi fuego
Quemo la vida, quemo la piedra y quemo el momento
y quemo el centro ke lo llevo dentro
quemo su odio y quemo el mío
y quemo a fuego lento, a fuego lento
-
Y así pasan los meses entre Snitch, mucho cerdo y poco diamante
ke si naces hijoputa del cielo te caen los guantes
conmigo sólo por delante
conectados por los golpes ke nos unen
raro es el dia ke no se nuble
sentado en la taza viendo baldosas llenas de mugre
pero ellos dando tanto por nada
no tanto por ciento
no mires lo ke hacen mira lo ke llevan dentro
y si tú ves, es por el youtube
no lo vives, ni te gustaría pive
en la ciudad de leones, ciudad sin dioses
rascando lo del grinder y rascándolo de noche
nacido en los 90, no todo tiene precio pero todo está en venta
-
Quemo la vida, quemo la piedra y quemo el momento
y quemo las afueras ke las llevo dentro
quemo su odio, quemo el mío
y quemo sus gargantas con mi fuego
Quemo la vida, quemo la piedra y quemo el momento
y quemo el centro ke lo llevo dentro
quemo su odio y quemo el mío
y quemo a fuego lento, a fuego lento
-
es como luz perdida como Harry Bosch
la pasta arde nunca llega pa la chupa Sox
y yo ya no soy yo cuando me sacan de la calle
y bay bay bay o me callas o esperas a ke la cague
manteniendo las distancias con nacionales
mucho falso poco mercedes 
hice las maletas, no los deberes
no me corto, fantasmas vuestro sueño...
vuestro sueño una farsa
ya si eso...ya si eso por la pasta
la gente está trankila, no limpia
más capas de pintura, parches de quetamina
yo tengo razones, no energía
solo verás, miradas venereas
no veras, novedad en la nevera ni en sus letras
no vendan heridas, vendan con etiquetas
y las ambulancias vuelan, no le des más vueltas
porke traigo voces rotas consumiendo tu atmósfera
-
Quemo la vida, quemo la piedra y quemo el momento
y quemo las afueras ke las llevo dentro
quemo su odio, quemo el mío
y quemo sus gargantas con mi fuego
Quemo la vida, quemo la piedra y quemo el momento
y quemo el centro ke lo llevo dentro
quemo su odio y quemo el mío
y quemo a fuego lento, a fuego lento

(y a la mierda patrones)

Muere un poco

Consumo odio, no me despiertes
Construyo las paredes de mi templo con escombros de tu mente
La sangre de tu cuello tapizándome los dientes
Soy el tumor de tu cáncer de conciencia, me sientes?
El bloke de cemento en tus pies, no puedes salir a flote
Se mece tu cadaver entre mis heces
Te oigo gritar desde, el maletero del Mercedes
Si ayer reías tanto ke te ha hecho cambiar de parecer, eh?
Huesos astillados, polvo en el aire, te lo mereces
Sirenas en la puerta y  tripas en las paredes
No te favorece, el craneo pegado al martillo
Tus ojos se han perdido en algún punto del ácido

domingo, 12 de junio de 2011

A horse with no name

(Antes de empezar sólo diré que, bueno, he dejado mi blog un tiempo de lado y ahora lo vuelvo a pillar, pero con otro royo, cogeré cosas mías de policíaca o negra y le daré en serio, y eso).

Me desperté de un susto, a pesar de que lo único que podía llegar a oír eran las gotas de cal que caían de las goteras de un techo a más de veinte metros de altura.
No pregunté, ni grité, simplemente no me extrañé, supe que había llegado el momento. El hoy es una puta que cuando menos te lo esperas se cambia de nombre por ayer, hace las maletas y te deja con la factura del motel en la mesilla.
El lugar no parecía nada, simplemente las ruinas del imperio presente que algún día fue prosperidad, sólo podía saber que estaba en una nave en medio de esos lugares a los que ya no se acercan ni los heroinómanos. Eso sí, olía al pescado rancio al que huelen doce meses en la mar. O no, quizás sólo era el olor del miedo, miedo de admitir. No oía pasos, y la agonía de esperar lo hacía todo imposible. Estuve dos noches seguidas con la piel de gallina. Era el pánico. Sabía que cualquier cosa que viniera después no podía ser más dura que mi presente inmediato. Los días allí no decían nada, casi se intuía más de noche. Las cristaleras no sé hasta qué punto eran traslúcidas o estaban llenas de pura porquería. La puerta no tenía candado, sabían que no iba a huir, todo alrededor sería la nada, y el intentar sobrevivir por mi mano significaba la muerte. Tampoco tenía ganas, aunque no sabía que me echaba más atrás, si las rodillas moradas con heridas todavía supurando o simplemente la necesidad de escarmentar. Maldición, sólo estando allí se puede saber lo que se siente. Aquello era peor que caer en las zarpas del Vietcong. De repente empezaron a sonar acompasadas las pisadas de dos hombres pesados. Sonaban a zapatos italianos caros, a esas alturas tacones no se oyen. Los vi vestidos y supuse que no venían a torturarme, no eran el tipo de hombres que se manchan sus propias manos. Uno se puso de cuclillas, y un rizo engominado le cayó sobre la frente. Se tapó la boca con la solapa de la camisa, es lo que tiene hacértelo encima. Me dijo algo, pero su voz grave no hizo mas que provocarme un espantoso dolor de oídos que llegó tan rápido como tardas en caer en la cuenta de que cuando se oye la puerta no esperas que ella vuelva. El hombre de atrás no se tapaba, incluso una sonrisa con malicia asomaba sobre la comisura de sus labios. Ese tipo estaba cruzado de brazos, para él sólo era rutina. Empezaba a impacientarse, y yo a darme cuenta de lo que pasaba. Me lo esperaba, me lo merecía, incluso lo quería, solo que... ¿Sabes? Me hubiera gustado irme dejando unas palabras. Había cambiado por completo, me daba vergüenza de mí mismo. Había actuado sin escrúpulos, de la misma manera que yo tanto odiaba. Mil veces había intentado cambiar, ninguna con resultado aparente. Joder, sólo yo sé lo que fui capaz de hacer. El tipo de atrás se apartó de mi oscura figura, y sacó del bolsillo el típico teléfono móvil que te esperas de un tipo con un sótano lleno de bolsas de deporte con fajos de billetes sin declarar. Abrió la tapa y pulsó un sólo botón. Al cabo de cinco minutos llegó una furgoneta vieja y blanca, donde los restos de óxido de la carrocería se confundían con las pintadas de color negro. Óxido. Corrosión. Mar. Estaba en un puerto como sospechaba. Un tipo con mono azul dejaba entrever una camisa hawaiana y un par de collares de oro barato. No tenía nada que ver con los otros dos tipos, él era distinto, era de los que van y vienen y no te da tiempo a cogerles cariño. Era un chivato, el chico de los recados de la peor familia de la cuidad con los aires de habérsele subido a la cabeza la promesa de un capo. Las joyas baratas. El tío sacó ansiosamente la 45 de la guantera de la tartana blanca. Jugaba con ella y reía con inseguridad mientras miraba al hombre más alto esperando una mirada de aprobación o complicidad. El otro lo sabía, y la sensación de tener poder, aun sobre esa rata seguía gustándole. Otro que iba a durar poco, no menos que yo. El cabrón del mono me dio una patada en la boca y una pata de la silla se rompió. Caí al suelo. Me apuntó, pero yo sabía que no me iba a matar, lo veía en sus ojos. En esos momentos le llegaría a la cabeza la mirada de desaprobación de su madre, y no podía presionar el gatillo otro milímetro más. El tercer hombre, el del teléfono se percató de la situación, y se llevó a la rata esa detrás de la furgoneta. Se oían golpes y gritos, sabía que le estaba dando una paliza por inepto, seguramente no podían dejarle pasar otra. El que se quedó conmigo todavía tenía la sonrisa en la comisura. Se alejó a un ritmo normal dando grandes pasos, encendiéndose un cigarro. Quería esperar, pero me tentaban más dos minutos de adrenalina antes del sueño eterno. Me levanté con un tremendo dolor de rodillas, al menos los huesos no se habían astillado, pero un bate de béisbol y dos días sin moverme eran suficiente razón para hacerme gritar. Mordí la mordaza para no hacer ruido. Fui andando hasta la uralita de la parte trasera de la nave y vi una puerta entreabierta que daba a unos contenedores de carga. Me ayudé apoyándome en la pared y doblé la siguiente esquina. Libre, pero no por mucho. Entonces se me iluminaron los ojos. Sabía que era un regalo no merecido, pero la sonrisa de mi cara no podía dejarlo escapar. Sólo unos días más de ruido, Dan; me dije. Era un coche europeo, sedán negro elegante, pero lo justo para no llamar la atención. Un BMW, al menos el coche lo eligieron bien. Lo habían dejado abierto, y antes de poder oír disparos desde lo lejos ya había manchado de ocre la tapicería de cuero de todo el coche. Joder, ¡cómo salpicaba! Esos coches no iban con llave. Apreté el botón y pisé el pedal de embrague, se encendió sigilosamente. Metí marcha torpemente y me fui alejando a segunda marcha. La luna de atrás reventó en mil pedazos y uno de ellos me cortó el hombro, pero se habían quedado sin balas. Crucé un par de esquinas y vi la valla de la entrada, pero al adrenalina se disipó al ver un todoterreno aparcado a un lateral. Sabía lo que tocaba. De la caseta de la entrada salieron dos hombres con una sonrisa de oreja a oreja, se iban a despedir de mis captores cuando vieron mis ojos morados por la ventanilla. Corrieron para adentro, a por las armas, por supuesto. Yo no era ningún entendido, pero el perfil de la M4 era inconfundible. Mil balas con mi nombre me susurraron al oído, pero ninguna me tatuó. Seguía mal, pero seguía. Un BMW con el depósito medio lleno y la promesa del horizonte otro día más era suficiente. Encendí la radio, 'A horse with no name' de America. Era perfecto. El paisaje desértico y el Sol abrasador era un paisaje digno pero, ¿al lado de un puerto? Preferí no preguntar porque sabía que estaba en Oriente Medio. Y yo con la esperanza de encontrarme en Nueva Jersey...Al rato mi suposición fue más obvia cuando empezaron las curvas en la carretera, perdí al todoterreno y empezó a oscurecer. Amaneció en un pueblo lleno de cascos azules, pero no supe si tomármelo como consuelo o como amenaza. Pasé de largo  con las luces apagadas y tuve la suerte de que ese negro carbón metalizado no destellara en sus gafas de aviador. Al cuarto de hora vi un cartel medio caído en un lateral del asfalto que decía en inglés: Siguiente punto de control a 10 millas. Problemas, como no; problemas americanos, nada menos.


lunes, 3 de enero de 2011

La locomotora

Empezaré esta entrada con una frase de Capaz: "El hip hop se rula, compra, vende y se consume como paquetes de tabaco por el mundo; en la variedad está el gusto así que vamos a respirar todos de este humo como antes" Leyendo las últimas palabras "como antes" solo me viene a la mente la Old School, la vieja escuela, tanto del hip hop como del heavy metal, la old school. A mí personalmente es lo que más me tira, la locomotora del tren de cualquier estilo de música, aquello que la creó y que la mueve; todo lo primero, lo novedoso en aquel entonces, lo que ahora solo es decadencia y se desconoce o ignora es la base de aquello que la gente escucha actualmente, y es una pena que se menosprecien las influencias de lo que hay hoy en día, se rechazan las bases, se construye la casa por los escombros y los cimientos se olvidan porque son difíciles de encontrar. Pues yo me niego a ser ese tipo de ignorante y no sólo por exigencia propia, sino también por el sonido lleno de sentimiento de la vieja escuela, por ejemplo, del hip hop. Aquello lo tenía; Gang Starr, Big L, Missy Elliot, Run DMC, Nas, KRS One, Eric B & Rakim...y lo tenía porque calaba en lo fondo de su gente, era algo raro y sólo se atrevía a hacerlo la gente sincera consigo misma, lo hacían por ellos y por salir de su agujero, y no la casa de putas que veo hoy en día de gente que no ve en esto más que mérito propio y beneficio, ya sea en sellos indie como en grandes discográficas. Como MC puedo decir que si no haces la música por tí mismo es muy destructivo, la única manera de que sea real es hacerlo por y para, pero nunca sobre uno mismo. Tampoco veo apropiado considerarme ni parecerme de lejos la verdad absoluta ni la voz a seguir, tan sólo puedo decir que soy un amante de la old school y un tanto (aunque no pretendido) pureta. Y, parafraseando como a mi me gusta, acabo con una frase de Keith Elam Guru (D.E.P.) interpretable de mil maneras pero con un claro objetivo: And this music ain't dead, so don't be misled by those who said that jazz was on it's deathbed. Un saludo desde mi templo y paz!
(P.D.: frase parafraseada en la entrada de la canción "Jazz thing" de Gangstarr (Guru & DJ Premier))